jueves, 26 de junio de 2014

Una casa




 
 
A veces, cuando estoy muy estresada y necesito que se pare el mundo, me gusta pensar en una casa. Es una casa que no existe más allá de mi sueño y es por eso que es una casa perfecta, un refugio seguro que me acoge en una realidad paralela cuando el mundo es demasiado gris. Allí nadie me reclama ni tengo que hacer nada que no quiera ni mirar el reloj ni pensar en nada más que en vivir como me gusta.
Desde mi casa se ve el mar. Es una casa blanca y tiene las puertas y las ventanas de madera de colores. En mi casa hay una terraza soleada adornada con buganvillas en la que me siento a leer y a escribir y a ver pasar a la gente. Mi casa siempre huele a verano y tiene habitaciones grandes con ventilador en el techo y mosquiteras en las ventanas siempre abiertas. En mi casa duermo en una cama enorme de sábanas blancas y ligeramente ásperas que huelen a pino y a flores de naranjo. Cuando estoy en mi casa  estoy siempre guapa, tengo el pelo revuelto y el cuerpo moreno y voy descalza y con un vestido de algodón. A veces bajo andando a la playa por un camino de tierra. Voy temprano cuando todavía no hace demasiado calor y no se ha llenado de gente. A medio camino hay un restaurante pequeño que, en vez de puerta, tiene una cortina de esas de cuentas de colores de plástico. Hay un patio pequeño con mesas de piedra y forja y sillas de paja en el que sirven vino tinto en vasitos de cristal, café y aceitunas y siempre hay alguien con quien pararse a hablar y a perder el tiempo.
Mi casa es tan bonita que muchas veces viene gente a verme. No hace falta que me avisen porque la puerta está siempre abierta para quien lo necesite y yo siempre estoy feliz de compartir la alegría reparadora que proporciona mi casa. Cuando vienen amigos siempre hay risas y paz y buena comida y siestas perezosas y noches largas. Cuando ya no necesitan más estar en mi casa se marchan para dejar sitio a gente nueva. En mi casa no hay despedidas, solo personas que van y vienen.
Mi casa es un verano eterno de aire quieto y allí todo el mundo está contento.
Hace tiempo que no voy a mi casa y me está empezando a hacer falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario