Este verano:
1. He subido
en el Tramvia Blau de la Avenida Tibidabo por primera vez. Como los guiris. Con
aperitivo incluido en la terraza del Mirablau. Muy caro todo. Bajamos andando,
que aunque reniegue, algo de catalanidad debo de tener.
2. He estado
en Londres con elamantesposo y el hijo ratón. El hijo ratón ha dado muestra de
sus genes viajeros maternos y no le he escuchado una sola queja en todo el
viaje. Ha descubierto el pan con mantequilla y las salchichas apestosas, los
fideos del China Town y el fish and chips. Ha mostrado una preocupación genuina
por el estado de salud de la reina, se ha apretujado en el metro sin chistar y
me ha acompañado a mirar botas Dr. Martens advirtiéndome que esas botas son muy
feas. Ha bailado al ritmo de música callejera nocturna en Trafalgar Square, ha
pedido con regularidad ir en taxi y ha estado a punto de necesitar
desfibrilación en el Peppa Pig World de Paultons Park en Southampton. El hijo
ratón mola. Para la próxima lo voy introduciendo en el mundo de las pintas. Con
3 años me pareció un poco prematuro.
3. Me he
reencontrado en Londres con Danielly y Roland, una pareja a la que conocí en
Oxford hace 18 años, cuando era joven y tenía muchos meses de vacaciones y me
iba a estudiar inglés en verano. Ella brasileña, él suizo. Por aquél entonces
no eran pareja, se conocieron allí, mantuvieron una relación a distancia y se
casaron hace 14 años. Viven en Suiza y, por aquellas carambolas del destino, iban
a estar en Londres los mismos días que yo. Todos más viejos (y más sabios) pero
fue un reencuentro molón que hay que repetir.
4. He
cumplido los 36 en un día para olvidar. Volviendo de Londres con un retraso de
avión de casi 3 horas y el hijo ratón con una bronquitis de ahogarse y con una
visita de madrugada a urgencias a la llegada a Barcelona. Sin regalos
(elamantesposo me regaló potingues para la cara, entre ellos una crema de
contorno de ojos para pieles maduras a partir de 60 años –no sé cómo tomármelo)
y sin apenas felicitaciones. Vale que agosto es un mal mes pero no sé, en
Facebook sale eso de hoy es el cumple de tu vecina del 5º B y todo el mundo
felicita a la vecina del 5º B como si fueran íntimos amigos cuando, como mucho,
la ven dos veces al año y, si pueden, suben por la escalera para no coincidir
en el ascensor con ella. Pues yo peor que la del 5º B. Hombre que no cuesta
tanto, no? Era mi cumple y soy Leo, coño, me gusta que me digan cosas. Que no
se os vuelva a olvidar. Por cierto, mi cena de cumple, consistió en: Hula Hoops
comprados en el aeropuerto, tostadas Melba que quedaban en la despensa y un
yogur de fresa y encima desnatado. A las 2 de la madrugada y en la barra de la
cocina.
5. He estado
en un resort tipo Dirty Dancing en versión Costa Dorada, sin bailar salsa ni
Patrick Swayze merodeando (por suerte, porque el pasmo habría sido cósmico), en
modo familia feliz abuelos-hermanos-sobrinos. Piscinas por doquier con
elefantes, barcos piratas, tortugas, chorritos, bar dentro de la piscina y 200
millones de niños. Y un tiempo de mierda. Cosas que pasan.
6. Por una
vez los abuelos han ejercido como tal, se han quedado a la prole, y hemos
salido a cenar langosta y a beber vino en celebración de cumple hermanil.
7. He dejado
por primera vez al hijo ratón en un esplai antes del comienzo de las clases
gracias a los buenos horarios laborales que permiten una óptima conciliación
familiar.
8. He
engordado un kilo que me tengo que quitar en 10 días para entrar en el vestido
que me compré hace milenios para la boda de la prima del amantesposo.
9. Me han
entrado unas ganas irrefrenables de raparme. El viernes voy.