martes, 11 de marzo de 2014

Ellas






Hace tres días, el 8 de marzo, fue el día de la mujer. Facebook y Twitter y la red en general se llenó de felicitaciones, fotos con mensajes más o menos ingeniosos y palmaditas varias por cuánto molamos las mujeres. No creo que todo este movimiento vaya más allá de las meras buenas intenciones porque, a estas alturas del partido, no dejan de sorprenderme algunos estereotipos y, lo que es peor, no deja de sorprenderme cómo hemos aceptado esos estereotipos y cómo somos capaces de asumirlos sin que se nos mueva una pestaña. No lo entiendo. Y lo entiendo todavía menos cuando esa aceptación proviene de las propias mujeres.

En clase de ética en la universidad hemos visto la película Match Point, de Woody Allen. Resumiendo mucho, la peli va de un irlandés pobre y guapo (Chris) que se instala en Londres y, por aquellas cosas del destino, se hace amigo de un tipo de la alta burguesía inglesa (Tom). Tom tiene una hermana (Chloe), que se enamora de Chris y Chris se deja querer, accediendo a una vida de lujo que ni en sueños habría podido imaginar. Además de una hermana, Tom tiene una novia (Nola), una aspirante a actriz americana preciosa, pobre y con un pasado conflictivo. Chris y Nola se conocen en la casa de campo de la familia de Tom y Chloe y la atracción es inmediata. Esta atracción culmina con un revolcón bajo la lluvia y Chris ansia más revolcones pero Nola le dice que cometieron un error y que no se va a repetir. Finalmente, Chris se casa con Chloe y Tom y Nola rompen. Después de la ruptura con Tom, Nola empieza una relación con Chris. Tras muchos e intensos encuentros Nola queda embarazada y le pide a Chris, quien dice quererla a ella y no a su mujer, que deje a Chloe y tengan al niño juntos. Agobiado por la situación y viendo peligrar su vida acomodada, Chris mata a Nola y le sale bien, no le pillan y sigue con su vida con Chloe. Fin.  

Es que ella es una buscona, es que no tuvo que insistir tanto, es que ella es un putón destrozahogares, es que ella tiene una pinta de guarra que claro, es que ella le provocó, es que ella era una puta pero sin cobrar. Estos son algunos de los comentarios postpeli. Por parte de hombres y por parte de mujeres. Alucinante. El eterno mito de Eva provocando a Adán, Pandora abriendo la caja; todos los males del mundo por culpa de las mujeres, y esa culpa que queda latente en el subconsciente, tan enraizada que damos por buenas ciertas formas de relación tóxica porque son “lo normal”. Y una mierda. Y ya en otro orden de cosas, a los hombres no les jode verse en ese papel de pobre tonto? Porque para que la mujer pueda ser esa serpiente sibilina, el hombre debe de ser poco más que un pasmarote sin cerebro. Yo, si fuera hombre, me ofendería mogollón. Porque ahí estaba 
 Adán, tan machote y tan virtuoso y llega Eva con una manzana, le tienta y el otro cae? Vamos hombre. Y encima la culpa es de ella, no me jodas.  

Lo peor para mí es que, aun cuando ahora hablo de una peli, de un caso teórico, de un debate que se puede generar y que es enriquecedor; estas actitudes se dan de verdad en la vida de verdad. El otro día, teniendo una conversación informal con unos compañeros en la facultad, uno de ellos comentaba muy escandalizado que una mujer que tuvo se había quedado embarazada poco más que a propósito. Imagino que la fecundaría el Espíritu Santo, así que es normal que él rehuyera toda responsabilidad. Claro, pobre, encima que le engañan, hay que ver qué malísimas somos las mujeres.  

Pero que no se nos ocurra protestar, eh? Hay que ver hija qué poco sentido del humor, te ha venido la regla? Igual lo que necesito es un buen polvo.

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